jueves, 24 de julio de 2014

Entrevista a Jon Bonfiglio, director de “The Clipperton Project”

Mi trayectoria de investigación sobre las islas de México me llevó a coincidir a principios de 2012 con el proyecto Clipperton, una organización internacional recién formada por profesionales de diversas disciplinas que realizaría una expedición a la isla del mismo nombre, la cual fue alguna vez parte del territorio mexicano y actualmente una posesión francesa en un punto remoto en el Océano Pacífico. 
Algo que resultaba interesante en pleno siglo XXI era contextualizar el calificativo de "expedicionario", en un mundo en el que se cree descubierto y explorado no sólo este planeta, sino su satélite y otros cuerpos astronómicos vecinos. El interés personal en los resultados de esta primera expedición me llevó a entrar en contacto cara a cara con el director del proyecto en una exposición que se presentó en 2013 en el Museo Anahuacalli de México D.F. En ese momento los nexos con gente inquieta y con cierto espíritu nómade ya habían roto fronteras geográficas y virtuales. Paradójicamente el interés y participación indirecta me llevó a escribir la idea de que "las islas unen", contrario a lo que los convencionalismos apuntan.
Meses después, mi sorpresa fue que durante una estancia de investigación en las Islas Canarias, encontré a gente del proyecto en Las Palmas de Gran Canaria, ciudad que me alojó durante algunos meses, momento en que me convencí de que los encuentros más que casuales son causales. Cada vez me queda más claro que los conceptos son demasiado amplios, como el de "expedicionario", sólo basta hacer de ellos lecturas desde voluntades y disposiciones diferentes. Hoy quiero rescatar una entrevista que realicé a Jon Bonfiglio a principios de mayo de 2014 y que estuvo publicada en una web de noticias de un medio independiente. El motivo: una expedición por el Río Usumacinta, antes de su primera fase. Próximamente realizarán un complemento del viaje, aunque éste podría ser interminable para cada persona, a veces quizá sólo implique una fase de coincidencia de caminos y miradas en una misma dirección.



The Clipperton Project navega el Usumacinta
Entrevista a Jonathan Bonfiglio, director de “The Clipperton Project”



"El corazón del mundo maya es un horizonte que no se puede dibujar, es una canción que no tiene palabras".

El Proyecto Clipperton (The Clipperton Project) es una iniciativa que utiliza las nociones de exploración, viaje y descubrimiento para inspirar y empoderar a la sociedad en busca de una actitud más positiva y progresiva hacia los grandes temas de la actualidad.
El proyecto busca cambios y la generación de nuevos liderazgos en los exploradores que se han sumado a barcos, talleres o actividades temporales. Cada persona puede explorar su entorno más inmediato hasta los lugares y temas más remotos aún por descubrir.

Mapa: presencia del proyecto Clipperton desde 2012

Su director es Jonathan Bonfiglio, quien inicialmente concibió el proyecto escribiendo el código postal de una isla olvidada en una pared en blanco en su casa en 2011. Desde entonces, The Clipperton Project ha trabajado directamente con más de 160 mil personas en una veintena de países y sus expedicionarios han navegado más de 30 mil millas, con programas vigentes en 2014 en Escocia, Uruguay, South Georgia, México, España y Australia. Jon Bonfiglio nos cuenta sobre el proyecto Clipperton y la expedición por el Río Usumacinta.

Jonathan Bonfiglio. Foto: Kate Watson

El proyecto Clipperton se rige bajo la consigna “todos somos expedicionarios” ¿Cómo ha mutado la idea de exploración desde que iniciaron actividades en 2012?
De cierta manera ha mutado bastante y otra no tanto, creo que todos entramos en las primeras expediciones con el conocimiento de que no íbamos a llegar a ningún fin, que todo era un paso tras otro paso y tras otro, y que todo era una exploración sin fin que tenía que ver más con cómo nosotros mismos nos veíamos como seres humanos que la exploración en sí.
En otro sentido aterrizando las exploraciones en particular se han desarrollado varios programas que tienen que ver con temas distintos, entonces ahora trabajamos en temas de erradicación del plástico, de sobrepesca, de sustentabilidad, etcétera. Todos estos temas han surgido de las exploraciones. En ese sentido el proyecto ha evolucionado bastante y también dentro de territorios, el hecho de que tenemos presencia en distintos países implica que tenemos que estar abiertos a cambios.
Si sinceramente eres un explorador o te imaginas como tal eso implica imaginarte como viajero, como artista, como escritor y lo que eso implica: te puedes imaginar dentro de la piel de otros o por lo menos haces el intento, esa es la parte que nos interesa mucho porque nos hace humildes y nos hace humanos.

¿Qué ha aportado a los lugares por donde ha transitado el proyecto Clipperton como eje creativo, de inspiración científica y concientización ambiental?
Exploramos aspectos similares y diversos en los distintos países pero también vamos aprendiendo maravillas de ellos y la conciencia que tienen en cada uno. Por ejemplo haciendo este viaje de expedición por el Usumacinta el conocimiento que hay sobre el río, el pasado, la historia y los recuerdos que hay aquí son absolutamente fascinantes. Un ejemplo muy interesante es que hay una cantidad grande de caimanes, aunque está lleno, no se habla mal de ellos. Ese silencio implica que no son un peligro como en otros lugares donde se amplifican los peligros de voz a voz. El conocimiento, el pasado, lo que se reconoce es que nunca hubo problemas con los caimanes. El no decir algo a veces te da tanta información como decir algo.
Previamente hemos trabajado con muchas comunidades costeras y las memorias que ellas traen en pocos años de lo que eran los mares y lo que son ahora. Todo ese conocimiento, conciencia y memoria es tremendo y tratar de comunicarlo a otros tiene un poder increíble si lo hacemos bien a nivel de cómo estamos devastando nuestros océanos.

¿A grandes rasgos en qué consistirá la nueva expedición desde Palizada por el río Usumacinta?
La expedición consiste en cuatro canoas tradicionales que zarpan el martes 6 de mayo y harán todo un recorrido por el Río Palizada y por el bajo Usumacinta todo el mes de mayo llegando hasta los pantanos de Centla y Frontera y luego hacer un poco de recorrido del mar donde desemboca el río. Todo lo que ya ha sucedido, la memoria del río da hacia el mar. Luego, la segunda fase será la parte más alta del río, que se llevará a cabo en enero de 2015.
Es la primera vez que tenemos una expedición mayor en tierra, los conceptos del río son similares a los del mar o de la tierra: no hay una actuación en un río que no afecte a todo lo demás, a todas las comunidades, cualquier cosa que se hace tiene un impacto. Es por eso que estamos embarcando en este viaje. Este es un río que nos une a todos igual que los océanos en la tierra.

Durante la expedición por el Río Usumacinta ¿En qué consiste la idea de dibujar el corazón del mundo maya?
Tiene que ver con memoria. A veces expresar cómo fue el pasado de las comunidades indígenas es un poco folclórico, yo creo que no sólo es así. Nosotros podemos aprender del corazón maya como de otras comunidades simplemente porque se trata de otros mundos. Si afrontamos nuevas exploraciones y no llegamos a ningún nuevo conocimiento, lo que nos brinda es que nosotros nos hemos convertido en nuevos exploradores, agentes sociales, activistas de cierta manera para el descubrimiento, para la exploración con una fuerza tremenda. Entonces para nosotros de cierta manera el corazón del mundo maya es eso: algo que existe, que existió, algo literal, pero también algo que está dentro de nosotros y que va más allá, un horizonte que no se puede dibujar, es una canción que no tiene palabras, esa búsqueda es muy valiosa.

Fotos: The Clipperton Project

Sobre el lugar que significó su primera expedición y que dio nombre al proyecto, ya declaraban que “Clipperton es una isla en medio del Océano Pacífico, eso también es una idea”. ¿Cómo debemos rebasar nuestros estándares mentales y geográficos?
Siempre presentando la idea del horizonte, de que hay más aspectos que nos unen que los que nos separan, que cuando vamos hacia algo somos increíblemente positivos a diferencia de cuando nos reducimos a algo menor, nos convertimos en otra cosa, en otra especie, en un bicho. Proponemos ese argumento: hay algo más allá, somos curiosos y eso es normal, no hay nada hecho, todo está por hacer, en ese momento empezamos a vislumbrar la meta. Cada quien puede activarse, puede hacer desde algo pequeño como plantar una planta y luego cuidarla o como caminar por una calle distinta un día o lanzarse a un lugar diferente o conocer a alguien que habla un idioma distinto o que se ve raro, eso nos agrega humanidad, no nos quita.

Eduardo Galeano, dice que “mucha gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo”. ¿Cómo complementarías esa filosofía aparentemente simple pero que conlleva un cambio mental de raíz?
Justo ayer tuvimos una plática con “Perma Terra” que es una organización con quien estamos trabajando acá y esa frase de Eduardo Galeano salió en su presentación. Ellos han visto el problema del cambio climático en varios países alrededor del mundo y han regresado aquí a sembrar árboles en una zona donde tienen un rancho a hacer una diferencia, claro que esa diferencia a nivel de los gases efluentes de nuestra nación con el mundo y biológicamente cómo interactuamos con el mundo hace y hará una diferencia. Las cosas pequeñas hacen la diferencia: comprar una lechuga que no está envuelta en plástico, hacerte un poco de composta en el jardín o hacer crecer unos tomates, todo eso te hace relacionarte de manera más fuerte con tu entorno.

En un momento histórico en el que paradójicamente se contraponen el acceso a grandes volúmenes de información frente a la aparente inmediatez y caducidad de las ideas. ¿Cómo compartirías con el uruguayo Jorge Drexler la consigna de que “La idea es eternamente nueva”?
Estoy de acuerdo, la idea es completamente nueva mientras sea algo que exista en el corazón y en los cerebros de cada quien. Lo puedo relacionar también con Steve Jobs, que dice que cada día de tu vida debes hacer verdaderamente lo que quieres hacer ese día. Si haces un trabajo que sólo lo estás haciendo porque te preocupa que a los 60 vas o no a tener una jubilación, y si es algo que verdaderamente día tras día no se te hace realmente importantísimo entonces esa idea tendría que cambiar. En sentido figurado compras el regalo cada día, no es que sólo lo compras una vez y ya, cada día te despiertas y tomas la decisión de hacerlo de nuevo no sólo porque alguien te lo dice sino porque tú estés convencido de esa idea, de ser así entonces vas por la avenida correcta.

¿Con tantos lugares visitados, qué idea tienen ahora de lo aislado, lo remoto o lo inalcanzable?
No existen literalmente. Todo está relacionado, todo se puede alcanzar. Sobre todo cuando trabajamos en conjunto podemos lograr cosas absolutamente increíbles. Los lugares un poco más remotos que otros tienen mucho para darnos y no se trata del aislamiento sino de lo inverso: del acercamiento a nosotros. Estar en una isla como Clipperton o South Georgia o esta zona del Usumacinta donde hay muy poca cobertura lo que nos dice es que los lugares que están aparentemente lejos pueden estar cerca de nosotros mismos.

¿Cuáles son los mundos posibles que aún quedan por visitar para el proyecto Clipperton?
Si se pudiera nos faltaría ir hacia el espacio exterior pero en el planeta queda aumentar los contactos que tenemos con la gente y las organizaciones y que ellos mismos se puedan imaginar en estos cambios para después actuar en sus entornos. No nos medimos por los fallos sino por las ganancias. Es como un niño en una clase de cincuenta personas que no dice nada y que al final levanta su mano y dice “no entiendo, ¿están hablando de mí?” tú le dices que sí y de repente ves que su pecho se infla y algo ha cambiado en él porque tiene todo el permiso y la posibilidad de hacer maravillas, lo único que tiene que decidir es que va a generar un cambio en sí mismo y así inicia un viaje o una expedición.

Ante los viajes y exploraciones realizados ¿qué concepto personal tienes sobre las fronteras físicas y mentales?
Son dañinas, son un poco como cigarros o coca cola, son algo artificial, creados, al final te empiezan a comer desde dentro como un cáncer o un tumor. Al principio puede parecer que te liberan porque te hacen tener un concepto de ti más sencillo que tal vez te lo puedes tragar sin mucho problema pero poco a poco tú sabes que te estás tragando tus propias mentiras. Yo diría que hay que ser honestos con nosotros mismos eso implica tomar las decisiones en las cuales podamos estar orgullosos de nosotros mismos, de plantarnos en un escenario y decirle a quien sea que estoy haciendo algo no sólo porque es bueno para mí y para mi familia, sino que es bueno porque es el futuro, porque ahí es a donde todos podemos llegar.


Las expediciones y las creaciones que elaboran en conjunto los científicos, humanistas y artistas participantes en el Proyecto Clipperton generan espacios y oportunidades de reflexión y propuestas sobre los grandes temas que enfrenta la sociedad actual a través de exposiciones, talleres, conferencias, proyectos educativos presenciales y mediante redes sociales, así como en colaboración con otras personas, colectivos, asociaciones e instituciones locales en función de las necesidades y contextos específicos.

Foto: Jon Bonfiglio

Puedes unirte a The Clipperton Project mediante el correo electrónico (para estar registrado y recibir el boletín de actividades) o mediante redes sociales y tener la oportunidad de convertirte en un expedicionario:
info@theclippertonproject.com
@ClippertonTweet




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