Cedros es la isla más relevante del Pacífico mexicano por extensión (346 km2), por sus poblamientos históricos y por las actividades productivas que realizan sus habitantes contemporáneos (1,853 personas según el Censo de Población y Vivienda de 2020). Aunque Cedros no tiene un carácter municipal como otras islas mexicanas (Carmen en Campeche o Cozumel y Mujeres en Quintana Roo), para Ensenada ha contribuido de manera relevante a la economía pesquera por sus especies de alto valor comercial (langosta, abulón) exportadas mayormente al continente asiático, así como por su vínculo con Exportadora de Sal, una empresa de Baja California Sur, que hace del conjunto portuario Guerrero Negro-Cedros el tercer puerto más relevante en carga del Pacífico mexicano. Paradójicamente, por su ubicación geográfica en los límites entre aquellas dos entidades, la isla de Cedros es un nexo fundamental entre actividades pesqueras y de exportación salina.
Esta isla solo había sido visitada de manera oficial por un mandatario mexicano desde que Luis Echeverría Álvarez (quien gobernó de 1970 a 1976) acudió ahí, en los años en que la “Pesquera Isla de Cedros” tenía un gran auge en la producción, enlatado y distribución de productos del mar, momento en el cual la población isleña pudo rondar los 7,000 habitantes, según testimonios orales de su población y los registros parroquiales (no lo reflejan así los censos oficiales, cuestionables en su época). Luego en los años 90 vendría la quiebra de aquella empresa a causa del triunfo neoliberal y como consecuencia la emigración, haciendo realidad el hecho de que hoy haya más isleños viviendo fuera (en Ensenada, Guerrero Negro, La Paz y otras localidades de la península de Baja California) que en la propia isla.
Desde hace medio siglo ningún mandatario había pisado Cedros, hasta este 14 de julio de 2023, cuando en compañía de los gobernadores de Baja California (Marina del Pilar Ávila), Baja California Sur (Víctor Manuel Castro) y otros funcionarios del gobierno federal, Andrés Manuel López Obrador arribó para dar cuenta del "Plan Integral para el Bienestar en Isla de Cedros". Los tres ejes de dicho Plan han priorizado en un año y medio los programas sociales, de vivienda y de salud, siendo ejecutados para beneficio de algunos centenares de personas en la isla, aunque más allá de las cifras, su relevancia estriba en que se ha beneficiado a habitantes que habían estado tradicionalmente en el olvido, siempre con la justificación del aislamiento.
Sobre los programas sociales dirigidos a estudiantes, jóvenes, pescadores y adultos mayores, cabe indicar que en muchos casos permiten atenuar la migración, o bien apoyar en gastos cotidianos, puesto que vivir en una isla significa pagar costos más altos de transporte, combustibles y alimentación. El presidente insinuó, al saber que hay 84 bachilleres con beca, que podría contemplarse la construcción de una “Universidad para el Bienestar Benito Juárez” en Cedros, un proyecto que suena complicado, pero no imposible de llevar a cabo y que podría atenuar la típica emigración de los jóvenes mayores de 18 años que desean continuar sus estudios superiores.
Entre los programas de vivienda se han construido o rehabilitado 141 viviendas en un espacio cuya ambigüedad jurídica sigue latente: la isla es federal, aunque está reconocida constitucionalmente como parte del estado de Baja California, mientras que el municipio de Ensenada la registra como una de sus trece delegaciones (conservada incluso tras la segregación de San Quintín). Desde 2016, Cedros forma parte del Área Natural Protegida “Islas del Pacífico de Baja California y en el decreto del Diario Oficial de la Federación se establece que los dos pueblos y los campos pesqueros son parte de la zona de amortiguamiento, por lo cual se reconoce a estos asentamientos como históricos. En 2022 el pueblo de pescadores cumplió su primer siglo desde que la isla se repobló, ya que durante el periodo prehispánico y, por lo menos hasta 1733 estuvo habitada por los indígenas cochimí. Esta información es relevante en tanto las condiciones climáticas, de recursos pesqueros y la presencia de agua dulce han permitido estas sucesiones demográficas a lo largo de la historia.
Volviendo al presente, en Cedros hay muchas deudas pendientes por cubrir. Para los isleños que se han quedado por arraigo o porque continúan vinculados a las actividades pesqueras y salineras, no es fácil vivir con un suministro limitado de agua potable. No es que no haya agua dulce en la isla, pues como se mencionó antes, hay una fuente natural que ha permitido históricamente que haya poblaciones permanentes. Pero desde 2020 se desmanteló la tubería del Aguaje Vargas y no ha sido suficiente con la planta desaladora de agua de mar: la distribución no alcanza para todos los isleños, por lo tanto, esta situación, así como un relleno sanitario para un manejo adecuado de residuos sólidos, son otras tareas en materia ambiental que las autoridades aún tienen por cumplir.
Otro aspecto significativo a resaltar es la distancia de más de 440 km hacia Ensenada y de 100 km a Guerrero Negro, a ambas ciudades se llega por vía aérea. Considerando los precios de aerolínea y el tipo de cambio del dólar con fecha del 14 de julio de 2023, un boleto de avioneta en viaje sencillo de Cedros a Ensenada tiene un valor de $2,880 (168 dólares estadounidenses) y de Cedros a Guerrero Negro de $1,250 (73 dólares) en una de las dos líneas aéreas con permisos vigentes. El viaje redondo de una familia de cuatro integrantes de Cedros a Ensenada requiere una inversión de 55 días de salario mínimo. Debido a que la población de Cedros carece de opciones de transporte accesibles, hay una imperiosa necesidad de otorgar subsidios a los isleños, así como ofrecer opciones alternas para facilitar la movilidad mediante alguna línea de ferry o transbordador que pudiera ser constante y segura.
Hay un largo etcétera entre las situaciones de la isla, como la casi extinción del venado bura (Odocoileus hemionus cerrosensis) mermado por cacería y presencia de perros ferales, así como el saqueo y contrabando de una planta nativa, la Siempreviva de Cedros (Dudleya pachyphytum) o la idea de establecer un Museo de Sitio que resguarde el patrimonio cultural e histórico de este territorio casi desconocido, que también es bajacaliforniano y, por consiguiente, mexicano. Esta isla ha dado más de lo que ha recibido y su población sobrevive a pesar de varias adversidades en su historia contemporánea, aun así, este 14 de julio los cedreños cantaron el himno nacional emotivamente en la clausura del evento oficial frente al presidente de la república. Voltear a ver la isla y trabajar por ella es un buen inicio que requiere una continuidad para darle el lugar que se merece y así engrandecerla.
Texto: Israel Baxin Martínez (Académico de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM)
Fotografías: Presidencia
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